sábado, febrero 11, 2006

Sin Publicar




Este será el espacio para publicar nuestras historias con toda libertad, sin filtros, con opiniones y con lo que queramos.

1 Comments:

Blogger Periodistas 15 said...

Impotencia

Esa es la palabra que sentí cuando la mujer y el niño se cayeron. La moto yacía sobre el pavimento, al igual que los cascos. Unos metros después el “culpable” pedía no ser golpeado. Subí el vidrio porque en mi imaginación rondaba el pensamiento de un tiro, más no era para tanto, como dijo el conductor.

Quién sabe cuántos hechos de violencia estarían sucediendo paralelamente en el mundo, en Colombia. La decisión de bajarme del transporte, negociado hacía un minuto por cinco mil y con la opción de recoger pasajeros durante el trayecto, fue instantánea y tristemente sórdida. Así como yo, muchos preferirían no bajarse, perder el taxi y dejar atrás un problema que no era el propio.

Esa es la lógica de mi ciudad, de mi pueblo o por lo menos de los lugares que digo “conocer”. El problema es que ese no es el único sentido sin sentido. La indeferencia llega a mirar por las ventanas -sentado claro- mientras el enfermo trata de sostenerse entre las curvas, huecos y frenadas. La historia se repite con el anciano, la embarazada o el discapacitado.

Aquí se vale dinero. Si no lo tienes, búscalo, porque el sistema lo pide para comer, para estudiar, transportarse o tener acceso a salud y educación. Es lamentable sentir que todo “se junta” y se hace avispero: que el bus subió -los cincuenta pesos que le descuadran el de devuelta-, que los impuestos, que hay que acogerse a un plan de teléfono así el mínimo de consumo sea de $25 mil ó $27 mil, que las empresas están en crisis y que hay que minimizar recursos… Que ponga la tutela porque la paciencia se agotó.

¡Qué cloaca! Da asco ver tanta campaña política en postes, afiches, pasacalles, separadores y medios. La ciudad está asfixiada de esto, así como de malas vías y hambre. Cada vez son más los que por una moneda limpian la panorámica del carro, se venden en un ‘chuzo’ o deciden robar y hasta matar. Pocos quieren hablar porque no es de importancia, porque las más de ocho horas de trabajo dejan sin alientos o porque sencillamente guardar silencio es mejor.

El afán de tener nos ha quitado la posibilidad de vivir mejor. Calles llenas de trovadores, poetas, mimos, cuenteros y bailarines. Otros compartiendo sus mejores recetas y recuerdos. Caras alegres y amistades eternas. Efímero es soñar un lugar perfecto en medio de tanta…

Me abstengo de decir la palabra para no sonar tan pesimista. Sólo que reitero, valemos dinero y por eso trabajamos (a veces). Ya no es por pasión; es por producción (en otros ratos) y a eso súmele la calidad. Basta una motivación para continuar.

Sinpublicar es este espacio de desahogo, de lo que no logramos concretar en las conversaciones o que preferimos escribir en una noche de silencio, cuando ya todos duermen. Reconozco el vacío de este escrito porque no busqué cifras. Sin embargo, quería compartirlo con ustedes. Pregunté ¿de qué servía quejarme?
Imagino que para encontrar una respuesta: ayudar desde nuestra profesión.

Un saludo a todos,

Ivonne

6:27 p. m.  

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