martes, febrero 14, 2006

Álbum de las postales invisibles / 10 postales U´wa



Quiero plantear las tres primeras partes de este texto, 10 postales U´wa, 14 postales Wayúu, 4 postales acerca de las negritudes, como si fueran textos de pies de fotos. Fotos invisibles, obvio, pero pues use la imaginación. Luego, aunque voy a fracasar en el intento, quiero adentrarme en qué es ser colombiano y qué es ser santandereano (Identidad). Recibo sugerencias.



Por Camilo Jaimes Ocaziónez
cjaimes2@unab.edu.co


10 postales U´wa

1. Los U´wa son los delegados de Dios para proteger la naturaleza y es con base en esta concepción ética que ellos se desenvuelven en el mundo. Por eso, ellos se han resistido a los cambios venidos de la mano de la violencia, porque ellos protegen el árbol, la tierra, el río y hasta sus propias vidas. Detrás del hombre está el agua.

2. El nombre de Dios es Sira. Y los U´wa se reúnen a festejar la vida y a cantarle a la creación y a Sira. Respetan el maíz como el sustento que le da fortaleza sus vidas. Un hombre comiendo maíz con las manos.

3. Todos reciben consejos de Sira. Y los consejos de Sira son sus mandatos. Y sus mandatos tienen que ver con la conservación de la montaña, con el cuidado del río, con el respeto por el medio ambiente. Un hombre y una mujer, una familia, también con el amor y la crianza.

4. Santander es el ombligo del mundo y ellos lo saben. Para ellos su lugar, Aguablanca, Támara y Tauretes, es el corazón del mundo, un corazón del cual se sienten responsables. Selva verde, hermosa.

5. Los U´wa Intercambian objetos, pero se resisten al intercambio de valores y de políticas. Se resisten a la presencia del hombre blanco pero lo aceptan en la medida en que el hombre blanco debe aprender de los mandatos de Sira. Cosmopolitismo.

6. La belleza de las mujeres U´wa es separada de los ojos del mundo hasta que un hombre esté dispuesto a hacerse cargo de ella. Ellas usan una capucha de hojas de palma que sólo se podrán quitar cuando aparezca aquel que desee desposarlas. Mujer con traje de novia.

7. “El petróleo es la sangre de la tierra”, por eso no existe ninguna posibilidad de que ellos accedan a la explotación minera y petrolera: al menos no en su lugar, su sitio, la montaña, porque para ellos explotar el petróleo es desangrar el mundo.[1] Hombre con fuego.

8. Los misioneros se robaban los niños para tratar de meterse dentro de la cultura U´wa. Los blancos, como ellos lo creen, son los que les contagian las enfermedades y son los que destruyen el mundo, sin embargo, ellos creen que los blancos, seres vivos que son, y que somos los no U´was, criaturas de Sira, tenemos el deber y el derecho de cambiar nuestras conductas: debemos aprender a evitar la destrucción del planeta. Todos al fin juntos.

8a. Para los U´wa la cultura se soporta en la posibilidad de poseer unas tierras en las cuales poder llevar a cabo dicha cultura. Para ellos no existe ninguna posibilidad de conservar su cultura sin sus tierras porque, para ellos, el respeto a la tierra es el eje principal de su cultura y todos sus modelos de comportamiento giran alrededor de este concepto. Los U´wa no creen en la posibilidad de una cultura en la que sus ejecutores no posean un territorio, es decir, que los U´wa difícilmente podrían creer en el concepto de cibercultura, o cultura mediática. Portátil.

9. La cultura U´wa sigue latente. Los abuelos tienen el conocimiento de los ritos y del mundo espiritual a través del cual continúan con sus tradiciones y con su misión. No obstante consideren que la aparición de los hombres blancos en su entorno ha reducido los elementos espirituales, los valores. Abrazo.

10. Los U´wa son un pueblo pacífico, una cultura sabia cuyo único fin, desde mi punto de vista, es el de protegerse y protegernos de nuestro espíritu auto destructivo, para garantizarnos la posibilidad de sonreír: es difícil ver un pueblo que siendo tan considerado con sus propias tradiciones y siendo tan consecuente con su ética, sonría tanto. El fotógrafo, aunque quisiera, no es un U´wa.

(Continúa en 14 postales Wayúu)

Justicia para los de ruana





Por Juan Gonzalo Betancur B.

A veces le da a uno por pensar que las leyes en Colombia son para tres cosas: para hacerles el quiebre, para violarlas o para los de ruana.

Lo digo porque hay normas muy claras que se incumplen de manera descarada y nadie, ni los organismos judiciales ni de control del Estado mismo son capaces de defenderlas.

Lo digo por una carta que llegó a finales de noviembre pasado a la redacción del Periódico 15 y que ahora, para publicar este comentario, vale la pena desarrugarla.

Está firmada por el secretario general de la Personería de Bucaramanga, Rosendo Rodríguez López, quien le notifica a Carlos Eduardo Luna, antiguo periodista de 15, que se “profirió ARCHIVO DEFINITIVO dentro del proceso iniciado por queja presentada por usted ante esta entidad, en contra de la doctora MARTHA LUCÍA VEGA CÁRDENAS, secretaria de Educación Municipal (en la época de los hechos)”.

La queja que presentó Carlos Luna fue por un derecho de petición de información que no contestó jamás la mencionada funcionaria. Tuvo que poner una tutela para que ella entregara los datos y apenas cuando el juez le notificó a la señora que estaba en trámite ese proceso judicial, corrió a mandar a la redacción de 15 una cantidad de papeles no solicitados y confusos para anular la acción judicial.

La petición era lo más boba del mundo: el periodista solicitaba una serie de datos sobre colegios públicos de Bucaramanga.

Por supuesto el juez que analizó la tutela, que ya ni me acuerdo cuál fue porque no vale la pena memorizar esos nombres, aceptó el envío de los papeles como el restablecimiento del derecho violado (el de petición) y por ende no concedió la tutela al reportero de 15.

Es decir, con sólo mandar unos papeles no solicitados y confusos, el juez dio por hecho que como periodistas Carlos y los demás de esta redacción quedamos satisfechos. Pues no lo quedamos, pero como hay que acatar la ley, aceptamos la decisión y ahí paró la cosa.

Un poco antes de la tutela Carlos Luna le había informado a la Personería que la señora Vega Cárdenas no cumplió el derecho de petición, el cual obliga a todo funcionario público a entregar en 10 días hábiles toda información que solicite cualquier ciudadano, a menos que esté sometida a reserva. Y la de los colegios no tenía ninguna reserva.

Las normas son claras en que, como ese es un derecho fundamental, el funcionario que no lo cumpla puede ser incluso sancionado con destitución. 15 no reclamaba siquiera que destituyeran a la señora, simplemente que le llamaran la atención. Pero ni eso.

La Personería, un año después de la queja, contestó que había declarado el “archivo definitivo” del proceso, es decir, no encontró méritos para sancionarla ni decirle nada a quien violó un derecho fundamental.

Qué pena con los abogados de la Personería pero ahí se equivocaron o no quisieron ver la falta. Tal vez no consideraron importante la queja y por eso archivaron el caso.

Por la no sanción de este tipo de conductas mínimas es que en Bucaramanga algunos funcionarios creen que el Estado es suyo, que la cosa pública no es pública (de todos) sino privada (de ellos) y por eso el ciudadano lleva tantas veces las de perder cuando se enfrenta al gobierno por medio de una queja o reclamo.

Tal vez porque la secretaria de Educación era una alta funcionaria, por eso ni le llamaron la atención. Si la queja hubiera sido contra un vendedor ambulante de esos que se paran en la calle 36, ahí si le hubieran echado la Policía.

Porque la justicia, sí, lo digo para el que me quiera leer aunque la frase esté más gastada que un verraco, es para los de ruana.

(A todas estas me pregunto qué pensará el General Santander, ‘el hombre de las leyes’, cuya estatua ilustra esta nota. Seguro que nada porque hace mucho se cansó de estarse revolcando en su tumba)